Para leer con récipe, de Igor Delgado Senior

09/ 04/ 2013 | Categorías: Cuentos, Lo más reciente

medicamentosA los dueños de farmacias les ha tocado el turno de subir los precios nocturnos, y amenazan con un nuevo aumento de 20% sobre las medicinas para así remediar el costo que supone la contratación de un servicio de vigilancia privada.
Uno de los líderes del gremio farmacéutico nos explica la situación en lenguaje propedéutico: «Como atroverán nuestros clientes, los boticarios ya no aguantamos el robaxisal y los timoptol a que estamos expuestos. De qué nos valium tanto esfuerzo si cualquier noche, sea temprano o tarde, sufrimos los voltarenes del hampa: se presenta un malandro locortén, acompañado de su belladona oxigenada, en transén de adquirir cafenol; y después de mentholatum la madre y la streptomagma, grita amenazas: «¡Sal (de higuera) que te voy a matilol con con varios tiros en los pulmobronk. Dame toda la plata o nitrato de que vivas un segundo más!». Y uno, casi al borde del ovral, con las piernas en flogistina, opta lidón por responderle: «Yo le hirudoid el dinero entero (vioformo), ¡pero por la Virgen y las gotas del Carmen, no me mate!». Si de leche de magnesia quedamos vivos, debemos pasar el amargo trago tártaro y prepararnos para el próximo robo satánico y yodotánico.
»El estado de inseguridad en que existimos es peor que el de la franja de “Gaza”. Ni durante la época de Alka Pone, en las décadas del veinte y del trental, se veían tamtum atracos seguidos. Da penicilina, pero es verdad.
»Yo pregunto, entonces, en forma oraldine: ¿Hasta cuándo aguantaremos el horrible Calderato de Sodio? ¿Quién nos va a solunovar el problema? ¿Qué hombre sánalo y con maxibol nos podrá librax de esta hecatón? ¿Dimetapp, dime CAP, por qué te apropiaste de toda la lanay la lanolina? ¿Dónde se encuantra el regulador Gesteira que nos retorne el ecuanil de la ecuanimidad? ¿Dónde, carambas, se halla el Doctor Ross y sus píldoras de vida? ¿Por qué el Dr. Roosen, el de la Polaramex y la Telefónica, pretende privatizar hasta la Facultad de Farmacia?
»Interrogantes necias para oídos con otitis, pues en nuestro país a todo le echamos terramicina y las promesas se vuelven éter eterno. A los políticos le da lomudal lo que ocurre; la clase adinerada anda de festal en festal, si importarle que los cerros padezcan de sarna y atapulgitas; la TV sólo muestra desfiles de pantalones que bien pudiera patrocinar el medicamento Esasnal (gotas).
»Venezuela posee grandes riquezas: dayamineral por toneladas, barriles de oleovac, minas de vitaminas, montañas de ferrol, océanos de aceite de hígado de bacalao, pero lo maalox es que nadie tienes el (in)tensiómetro de curar las aflicciones, y ninguno aspirina al elixir paregórico del triunfo colectivo. Tampoco los dirigentes se percatan de que cualquier día se puede formar un tronco de ventil, conmel el del 27 de febrero: ellos sólo se ocupan del meganeubión y los megaproyectos porque saben que ahí esta la vaselina.
»Yo, aunque lo siento por los enfermos, no me la calomel más. He guayado bastante vendiendo guayacolado, y no deseo que me lleven en hombros al cementerio, cual bicho de la emulsión Scott. No hay otro remedio: o el gobierno pone una severa guardia de reacción inmediata, adscriptín a la poli-Metropolitana, que rondec nuestras droguerías por las noches, o se e-vaporub la esperanza del público en cuanto medicinas con precio fijo.
»No me vayan a piptal, pero los boticarios estamos cansados de recibir pedradas en los ojos, golpes y beconases. Y afrín de cuentas, no somos omnipén(dejos) ni queremos pankreón nacional».

 Del libro: Fuego de palabra. Crónicas de un cronista crónico(Monte Ávila, 2011)

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