Población experimental de anfibi@s, de Patricia González Herrera

22/ 10/ 2013 | Categorías: Capítulos de novelas, Lo más reciente

Tendero con hijos guindados y muertos



población experimental de anfibi@sAquella voz responsable dejó una novela en mis manos diciendo: «Tienen que encargarse de ese libro por favor, lo ha escrito el amor blanco, se los suplico». Arrodíllese y ráspese esas rodillas blancas y blandas, para ver si endurecen algo. Ya veremos si enviamos los libros para que salga premiado o no. ¿Cuánto me da, mujercita de carnes blandas para que la cara femenina de su honorable ex quede retratada en los pasillos con luces de discoteca? «Lo doy todo». ¿Da a sus hijos? «No, a mis hijos no los doy, los he parido y no pienso matarlos. Además, soy escritora de literatura infantil, cómo se te ocurre que mate a mis hijos».

Mujer de carnes flácidas y sandalias, acompáñame a la azotea, donde se seca la ropa. Ves todo eso, es arte. Acércate sin miedo. Siente el olor a niño difunto. Son los hijos muertos del amor blanco llevando sol, entre ellos está el mío. El pequeño embrión a la derecha de la figura del padre. Todos con ganchos para evitar que caigan. Llega un momento en que se disecan, pero no los bajamos. Es mi exposición favorita. Llevar al sacrificio a tus hijos no es fácil, sirvienta. Déjalos que vivan pues, engórdalos y consiéntelos, yo mato a los míos. Para mí más servirá su muerte que la vida.

Como puedes ver, están vestidos, algunos medio vestidos y otros desnudos. El último es el caso de mi pequeño embrión, si te fijas ni tiene vergüenza que enseñar. La primera vez que el amor blanco vio una foto de su hij@ dijo: «Casi me desmayo cuando veo esa foto, no me envíes esa clase de cosas así». Era una foto escaneada de un ultrasonido. Entró en crisis cuando lo vio por correo, grande e inmenso. A mi hij@ siempre le gustó destacar, por eso le doy este sitio especial en el tendero. Vive y no crece, a diferencia de muchos es eterno. Es la envidia de muchos.

«Srta. usted me está alterando un poco con todo este espectáculo». ¿Le molesta? «Pues claro que me molesta. Esto es asesinato». ¿Mío? «Pues claro que suyo, de quién más, quién más lo llevaba en el vientre». Otras a punto de ser madres como yo. «Por eso. Ese bebé está muerto como todos, por su culpa, pudieron haber existido». A mí no me dirija la palabra de ese modo, yo no tengo complejo de maltratada para aceptar lo que a usted le hicieron. De mí nadie se burló porque no llegué a tener panza. «¡Cállate!», gritó la flácida.

Seis cuerdas bien tensas por el peso que debían sostener. De alambre. Abajo matas. A la derecha una batea donde me lavo el cabello y baño al perro sarnoso. Siempre lo baño cuando apesta, cuando peor huele y está insoportable. La próxima vez no dejaré pasar tanto tiempo. Al lado de la batea una lavadora que no sirve. Para entrar hay que tener la llave de la reja. Así que considérate afortunada, es una excepción que muestre esto a alguien. Te elegí a ti, pero creo que cometí un error, espero no haberlo hecho, porque aún no entiendes nada.

Estoy segura que de haber nacido mi hij@ tendría sarna. ¿Tú hubieses permitido eso? Yo no. Tú has permitido un montón de cosas. Hay cosas que simplemente no admito. Un hijo del amor blanco, es una cosa inadmisible mujer de carnes blandas. Tú te conformas con que tu alma esté bella así maltrates almas, porque eso es lo que veo de los hijos vivos del amor blanco, almas maltratadas, más nada veo yo. Mi alma es la de un verdugo, pero fíjate, ve, agarro tu barbilla extrañada, fíjate en el alma de mi criatura, es diferente a la de tus hijos. Murió asesinada. Crucifixión en vientre. Quizás hasta un punto hemos hecho lo mismo, matar almas. Es una cuestión de estilos diferentes. No es necesario que un hijo respire para que sea del amor blanco. Yo le ordenaré a mi hij@ que las travesuras las haga en el apartamento de su padre. Si l@ hubiese dejado vivir escucharía ahora de sus labios pequeños: «Gracias a ti estoy viva». Pero juro, que en lugar de eso, todas las noches escucho: «Gracias por la muerte». Me agradece y dice que he sido una estupenda madre, presume por haber nacido sin sexo. ¿Que nadie más lo escucha? ¿Sólo yo? Qué extraño.

 

Población experimental de anfibi@s (Fondo Editorial del Caribe, 2011)

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Un Comentario a “Población experimental de anfibi@s, de Patricia González Herrera”

  1. dulse dice:

    Q padre istoria

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