Poeta, periodista especializada en vinos, gastronomía y spirits.

Primer libro que recuerda haber leído.
Tendría yo 9 ó 10 años: creo que el primer libro que leí de principio a fin fue Ana Isabel, una niña decente, de Antonia Palacios. Otros le acompañan: El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry.

Un libro inolvidable.
Hay varios y hago mención de dos: De André Comte-Sponville su Pequeño tratado de las grandes virtudes, en el que este filósofo francés refrenda que filosofar carece de sentido si no está al servicio de la vida. “Se trata de vivir mejor, con una vida más lúcida, más libre y más feliz a la vez. Pensar mejor para vivir mejor”, ha dicho y lo comparto. Otro libro memorable es La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera; hace muchos años leí esta novela y, todavía, hay imágenes y palabras que vuelven con insistencia.

Autores imprescindibles (los que relee con frecuencia).
Como lectora me seducen tres géneros: la novela, el ensayo y la poesía, pero a quienes suelo releer es a los poetas; entre ellos a Eugenio Montejo, Rafael Cadenas, Fernando Pessoa y Jorge Luis Borges, entre otros.

Un autor venezolano de rango universal.
Eugenio Montejo: sus poemas son un canto reflexivo y sonoro de la vida.

Si fuera librero, ¿qué libros venezolanos recomendaría? ¿Por qué?
Amor y terror de las palabras, de José Briceño Guerrero, pues es toda una invitación al pensamiento; la antología editada por Biblioteca Ayacucho de José Antonio Ramos Sucre: su obra poética no tiene equivalente alguno en el país; de la melancolía de Ramos Sucre a la alegre irreverencia de Víctor Valera Mora. Otros imperdibles son los libros de gastronomía y vinos de Alberto Soria, editados por Alfa; algunos de ellos: Permiso para pecar, Bitácora para sibaritas y Vino para uno; la prosa de este autor invita, con humor, a leer y disfrutar del placer de la buena mesa (copa mediante). De Guillermo Meneses La mano junto al muro, pues es el antes y después de la narrativa venezolana. Y el recientemente publicado por Equinoccio Todos Vuelven, libro que reúne lo escrito hasta ahora de Ángel Gustavo Infante.

Un libro que le hubiera gustado escribir.
Tratado de culinaria para mujeres tristes, de Héctor Abad Faciolince, por su manera poética de escribir sobre el universo femenino desde los sabores.

¿Qué libro no terminó de leer y por qué?
Me pasó recientemente con un libro que ha sido muy exitoso en ventas, Los hombres que no amaban a las mujeres, de Stieg Larsson. Sencillamente me aburrió: no pude llegar a la página 11.

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