Sobre Feroces, por Ricardo Ramírez Requena
09/ 02/ 2024 | Categorías: Lo más reciente, ReseñasFeroces. Compilación de autoras jóvenes venezolanas es un libro que propone varias lecturas. Una lectura visual, a partir del diseño de Juan Mercerón, en donde destaca el color y las tipografías utilizadas. Una lectura propiamente editorial, en donde los acabados, las correcciones, selección de fotografías, orden de los textos, tiene lugar, en donde participan María Esther Almao, Tibisay Guerra y Luza Medina; y por último, una selección de autoras que proponen relatos cortos o cuentos, hecha por Jacobo Villalobos.
Hablamos de un dream team, de un aquelarre de talentos que agrupan mucho de lo mejor del mundo literario, editorial y cultural de los últimos 10 años. En este sentido, el libro es una maravilla como artefacto cultural, tomando en cuenta la conciliación de estéticas, gustos y poéticas de cada uno de los responsables de este libro.
Feroces ha contado con un trabajo de promoción destacado, como una cayapa de alegrías, en donde las mismas autoras han participado con éxito. Sumado a esto, tiene presente una condición glocal significativa, resaltando una tendencia en el ámbito cultural venezolano a partir de la migración de los últimos años. Hablamos de un libro ensamblado entre Chile, Texas, Japón y Caracas. Algo que ya hemos asumido como natural y está bien que así sea. No es el futuro, es el presente.
Pero lo más importante de Feroces (adoro el título), son los textos que lo componen. Un grupo de jóvenes autoras que proponen narrativas breves destacadas, donde podemos ver voces abriéndose caminos desde varios vórtices, y que se encaminan hacia publicaciones mayores.
Hay en esta compilación un grupo de voces de quienes seguiremos escuchando en los años por venir. Entonces hay que decir que estamos siendo testigos de algo muy especial: un advenimiento, que es algo más que una promesa.
Puede decir con muchísimo orgullo que he sido profesor de varias de las escritoras en esta antología. Mi orgullo no es porque me deban algo de su formación como escritoras (lo dudo mucho), sino porque uno va siendo testigo en el pasar del tiempo de la grandeza que la docencia le brinda: ver los embriones, ver cómo los talentos están ahí, empapándose, haciéndose cuerpo serio. Tengo muy presente en mi memoria trabajos, ensayos, narraciones, textos de Andrea Leal, Verónica Florez, Gabriela Vignati, Clara de Lima, Natasha Rangel, Verónica Albornoz, Sofía Pereda, Yoselin Goncalves y Ana Cristina Frías. Son gente valiosa, a quien estimo mucho y admiro mucho, por su afán de trabajo, su insistencia a pesar de tener todo en contra, sus revistas, eventos, publicaciones, sea donde sea y estén donde estén.
Vivimos tiempos demoledores. Pero estos tiempos brindan una esperanza: la esperanza de no tener nada más que perder. Desde esa breve lucidez, esa inaudita libertad, debemos proponernos crear, intentar lo impensable, probar lo que nadie espera que podamos hacer. Este debería ser un imperativo nacional, en especial en las artes y los proyectos culturales. ¿Nadie lo está haciendo? entonces lo hago. ¿Nadie se atreve a hacerlo? entonces lo escribo.
Creo que mucho de ese impulso se lee en los textos compilados, donde parece que vemos a unas muchachas bailando en un rave llenas de ganas de vivir a pesar de tanta muerte. Hay un canto, no de despedida, sino de bienvenida a un mundo nuevo que ya empezó a gestarse. Lo vemos en la calle, subterráneo, silencioso incluso: la de aquellos que decidieron seguir viviendo, dentro, fuera, desde los impulsos más hondos de su ser. Hay una memoria que nos impulsa, una herencia que romper o abrazar.
Creo que desde esa libertad de existir, la libertad que el fuego otorga, podemos ver la hoguera generosa que nos espera.
Hacia allá debemos encomendarnos y partir. Hacia la verdad que la escritura nos brinda y desde el entendimiento de que la literatura, por lo menos desde Cervantes, es una de las formas de la libertad.
Abracemos esa libertad, que está ahí, con nosotros, y escribamos.
Feroces es un carboncito caliente. Resguardémoslo.
Guardemos en nuestras lecturas esta llama.
Palabras de presentación leídas el 8 de febrero de 2024, en La Poeteca
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