Gisela Kozak: La literatura asediada: revoluciones políticas, culturales y sociales, por Zakarías Zafra
05/ 05/ 2015 | Categorías: Lo más reciente, Microperforaciones, ReseñasEl sujeto que escribe es un “sujeto cultural” fragmentado, inconforme, desoído, que corre y se vuelca sobre los resquicios que la intoxicación mediática le deja libres. La literatura, ya disminuida su relevancia en los asuntos que configuran la vida pública, es víctima de un asedio constante por códigos extraliterarios, sociales, culturales, mediáticos y políticos que, sin terminar de acabarla, le exigen una revisión constante de sus métodos y procesos. Esta revisión pasará por asumir, incluso en su configuración estética, que muchas cosas han cambiado desde que la literatura “servía para algo” en términos prácticos y perseguía logros tangibles, incluso colectivos.
Esta es la tesis central de Gisela Kozak en este libro que reflexiona sobre la pérdida de terreno de la literatura en un mundo massmediatizado, consumido por el lenguaje audiovisual, las tecnologías y las industrias culturales, y que atraviesa un tiempo sin sustancia histórica, lleno de memorias asépticas y descontextualizadas, producto del dominio de los medios de comunicación. Kozak, siempre con una voz de timbre grave y asertivo, interpone también el debate sobre la nueva narrativa hispanoamericana, lejos ya del pontificio de aquellos escritores ungidos con misiones mesiánico-literarias, y toma de la mano a Elena Poniatowska y Ana Teresa Torres para presentar una visión abierta del feminismo, en diálogo constante con la cultura y la política, y en franca tensión con la mirada patriarcal de ensalzamiento genérico, erotismo mercantil y rebeldía rosa-genital de la mujer que tanto se ha promovido en las novelas de consumo masivo.
Un aspecto resaltante de toda esta colección de ensayos y artículos es el análisis acucioso que hace Gisela Kozak de las políticas culturales del Gobierno Nacional en el ámbito del libro y la lectura, en donde advierte los peligros de la militancia política en la creación literaria y la consecuente promoción de una ética y estética socialista del “Estado editor” que ha asumido todas las fases de la producción de libros. Dice la autora en la página 77:
“La ‘estética socialista’ en lo que a literatura se refiere podría definirse entonces como la creación de un imaginario en el que esta no es una actividad que requiere cultivo y esfuerzo sino la simple voluntad de considerarse escritor(a), una actividad aficionada que no sirve para ganarse la vida (por eso los derechos de autor no importan ni la depreciación del libro como objeto tampoco). Democratización de la cultura entonces no es hacer accesible al mayor número de personas la oferta cultural más variada sino ofrecer una posibilidad de inclusión social sin criterios literarios precisos y explícitos, de carácter meramente consolatorio”.
Esto lo escribió en 2006.
Nueve años después, los medios oficiales publican un manifiesto firmado por escritores y escritoras venezolanas en apoyo al presidente Nicolás Maduro, en donde un grupo nutrido de anónimos, amateurs, burócratas y asalariados del Gobierno le hace sombra a tres o cuatro grandes nombres de la literatura nacional. Kozak, partiendo del concepto de Bourdieu, nos recuerda que un “campo literario” no solo es el conjunto de instituciones y persona(lidade)s que consagran o desechan lo que es y lo que no es literatura, sino que representa también la lucha de ciertos grupos por acceder al “poder simbólico”.
Nosotros nos preguntamos: ¿por dónde comienza el asedio?
@zakariaszafra
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