El cuarto y la culpa, de Jesús Nieves Montero

25/ 06/ 2013 | Categorías: Cuentos, Lo más reciente
¿Dónde estaba cuando pasó lo que pasó?
¿Hablándome al espejo solo?
Fito Paéz, Cadáver exquisito

boxeo-512-ring10—9 (Ricky)

Bueno, Ricky, te dejo porque éste es fácil. Lo trabajamos un poco al principio, lo ablandamos y después lo rematamos, ¿ok? Tú tranquilo, déjalo que se desespere y vamos viendo, ¿ok? ¿Me estás prestando atención? ¿Todo bien?

¡Pero si están toditos! Mamá, papá, la tía Lola con su perro Sebastián. ¿Fuiste tú, Carlitos, quien me preparó esta sorpresa? ¿Fuiste tú?

Mira cómo te estás riendo, claro que fuiste tú y no me dijiste nada. Es que con la plata que ganamos hoy nos alcanza para todo, ¿oyeron?: PARA TODO. 1500 por la pelea y las apuestas 1500 mínimo, ahora sí la hicimos, Carlitos

Vas bien, Ricky, ya no tiene aire, que falle, que falle. Abre con el gancho de izquierda y rápido vas con el recto de derecha repetido y cierras con otro gancho, es nuestro. Sigue, sigue, sigue

¡Vamos! ¡Apúrense! ¿Qué tal Battery Park, no Carlitos? Así ven de una vez la estatua y salen de eso. Después nos comemos unos perros calientes, luego unos helados y nos vamos al Pier 17. ¡Parece mentira verlos después de casi tres años!

Ricky, hijo, no abras tanto la guardia cuando saques el segundo recto, la izquierda arriba que ese tipo pega duro, tú pega y corre que se nos cansa y después del cuarto es nuestro. Dale, Ricky

¡Mamá! ¡Mira esa ropa que traes puesta! No, antes de la estatua nos vamos a Macy’s para que compres algo más decente, no puedes andar así en Nueva York. Pero, ¿qué vamos a hacer con el perro? ¿Tú? ¿Lo cuidas tú, Carlitos? ¿Me das la sorpresa y ahora también te vas a quedar en la casa a cuidar al perro? Gracias, Carlitos, muchas gracias por todo, de verdad que eres casi como mi papá

¿Estás bien, Ricky? Sigue, ese es un maleta, ya puedes ir a darle con todo y así terminas rápido, recuerda que tienes un tiempito sin pelear. Dale, dale duro y nos vamos a celebrar por aquí cerca y le dejamos el gimnasio a Antonio

¿Dónde están todos? ¿Por qué se fueron si todavía…

¡Tírate, Ricky, para que paren esta broma, no importa, yo te presto el dinero!

Pero si nos íbamos a divertir, ¿por qué se fueron, Carlitos, se pondrían bravos?

¡Tírate, hombre! Tírate que si no te mata, mira que ese es un bruto

No, Carlitos, tú no, ¿por qué te vas? No te vayas. ¿Qué importa si ellos se fueron? Tenemos el dinero, ¿no? Tenemos el dinero y con eso…

Ya, ya se cayó, que le quiten a ese bruto de encima, Ricky, hijo, ¿qué te pasa? Abre los ojos, no fue nada, una caídita, chico. Vamos y te brindo una cerveza, pues

¿Adónde se fueron todos? ¿Quién apagó la luz?

¿Ricky? ¿Me escuchas? Carajo, que llamen a una ambulancia, rápido

Es tarde, mejor me duermo

Vamos, Ricky, reacciona

Sí, es tarde… ya mañana veremos

 

10—9 (Entrenador)

¿Y cómo fue que pasó eso, compadre?

Cosas de la vida

Pero, ¿usted estaba allí?

Claro, si yo era el entrenador

Y, ¿qué pasó?

Bueno, digo yo, que era el tiempo que el chamo tenía sin boxear. Fíjese, compadre, que él andaba bien de todo: no tuvo problemas con el peso, tenía sus reflejos bien, hasta estaba rápido. Imagínese que le dije que parecía como sino se hubiera retirado

¿Entonces?

Espérese un momento, ¿sabe? Hay otra cosa. Un par de veces el Ricky se nos desmayó, pero eso fue antes, cuando peleaba seguido. Creo que le dijimos que no era nada, que era culpa de los diuréticos y la sudadera; pero no sé si eso…

¿Y por qué volvió?

¿Por qué cree usted que alguien vuelve a esa broma? Por dinero, compadre, por dinero. Mil quinientos dólares más las apuestas ganadas… con eso podría ayudar a Carlitos

Y mala suerte la del Carlos, ¿no?

Bueno, sí, desde que se quebró la pata perdió el trabajo y no pudo seguir ayudando a Ricky con sus estudios. Dicen que lo ayudaba porque era su ahijado, pero ese tipo es marico, compadre: ma—ri—co. Estaba cazando al «Ricky» para que se acostara con él. Si Carlitos fue quien le dijo: ¿José? ¿José? Si vas a boxear llámate «Ricky», ¿no eres igualito a Ricky Martin?… Yo le digo, ese Carlitos…

Pero, ¿y la pelea?

Sí, como le decía, Ricky llegó enterito (si no contamos lo de los desmayos que habían sido casi un año antes, ¿no?). Y teníamos medido al carajo, si se veía que era un torpe. Yo le dije a Ricky que nos fuéramos a lo básico, que abríamos con gancho de izquierda, dábamos dos rectos de derecha, repetíamos el gancho y retrocedíamos. Lo íbamos a cansar, si estaba clarito

¿Y?

Nada, los tres primeros rounds fueron la propia mantequilla, Ricky pegaba y se iba, el Topo se desesperaba, muchos golpes al pecho y al abdomen, se estaba quedando sin aire. Yo estaba muerto de la risa y le decía al Ricky que continuara, que ya estaba listo

Pero si había sido tan fácil…

Hasta el tercero, compadre, hasta el tercero. Ya yo le había dicho antes de empezar el cuarto que se cuidara porque estaba quedándose sin protección después del segundo recto y él me dijo que sí, que me había oído y que se cuidaría. Y también le dije que si le daban ganas que le echara bolas y noqueara al tipo. Y así hizo Ricky, salió, se le fue encima y le dio tremenda paliza al Gómez ese, el árbitro pudo parar esa vaina, pero, de repente, el torpe le pega a Ricky en la cabeza, el chamo baila un poco y va a la lona. Yo le dije que se parara, que no era nada y, como un resorte, arriba fue. Ahí ya no me empezó a gustar el asunto: Ricky seguía golpeando como le había dicho pero se me quedaba y el Topo se puso salvaje. Yo le gritaba que retrocediera pero las piernas no le daban…

Compadre, si lo pone tan triste entonces no lo cuente

No, hombre, si ya no importa, ¿dónde quedé?

Cuando le fallaron las piernas

Sí, bueno, ya no respondía y el Topo se dio cuenta y comenzó a golpearlo en la cabeza y le daba y le daba pero Ricky no se caía. Entonces empecé a gritarle que se tirara, que acabara esa broma, hasta prometí prestarle el dinero, ¿qué importaba si le estaban pegando tan duro? Pero Ricky era terco y nada… hasta que no le pegaron el de gracia no se cayó

¿Y no hubo tiempo de atenderlo?

Es que nos tardamos compadre, creíamos que eran unos golpecitos y ya, ¿quién iba a creer que Ricky se nos moriría así? No era la primera vez que lo noqueaban. Nada, cuando comenzamos a llamar a la ambulancia ya Ricky ni respiraba, creo

¡Qué cosas! ¿no compadre?

Enseguida vendí el gimnasio, no quería volver ahí ni de casualidad… ¡Qué bolas! Yo que nunca lloraba ahora parezco una niña cada vez que voy al cementerio

¿Y cada cuánto va?

Una vez al mes, compadre… Ese carajito era bueno

 

10—9 (Narrador)

Señoras y señores, esto está por comenzar, tenemos sobre el ring a los boxeadores y vámonos ya con la presentación oficial

Anunciador:

Muy buenas noches, sean bienvenidos al Muscle Gym para esta velada boxística de primera. Aquí tenemos inmediatamente a los protagonistas de la pelea que abre este programa, pactada a diez asaltos en el peso ligero junior.

En la esquina azul, con shorts dorados, uno que está regreso hoy, de Caracas, Venezuela, el señor José «Ricky» Colmenares.

En la esquina roja, vistiendo shorts negros, está la máquina de demolición, el mejicano asesino: David «Topo» Gómez

 

Narrador:

Allí está el árbitro que les recuerda las reglas y esto sólo espera la campana para comenzar y aquí tenemos la acción del…

 

Primer round

Los boxeadores han salido a estudiarse, caminan el cuadrilátero con cierta lentitud. Es el «Topo» quien abre las acciones, intenta llegar con un golpe de derecha, pero «Ricky» retrocede y lo esquiva.

Ahora es Colmenares quien lanza, tímido, el gancho de izquierda. Con tranquilidad Colmenares busca el espacio, a ver, repite el gancho, tremendo, señores, ahora el recto, uno al pecho, otro al abdomen, se tambalea el «Topo» y lanza dos manotazos para quitarse de encima a «Ricky» pero ya éste ha retrocedido. Se vio rápido en este primer ataque.

Ya ha pasado el primer minuto de este choque de estilos, Colmenares un esgrimista, un aporreador, contra el «Topo» Gómez un hombre que pega muy, pero muy duro.

Ahora se viene de nuevo «Ricky» y entra con facilidad con el gancho de izquierda, se descompone el «Topo», doble dosis de rectos al pecho, el «Topo» abre la boca, «Ricky» repite el gancho, desesperado Gómez abraza a «Ricky» para detenerlo e intenta golpearle. Pero ya viene el árbitro a separarlos.

«Ricky» comienza a pasear el ring con comodidad, le ha metido un baile al «Topo» en este primer asalto, hay alegría en la esquina del venezolano; Gómez está cansado, quiere que se termine el round y tendrá que esperar poco porque sólo faltan diez segundos, nueve, ocho, esto está que se termina y ahí viene… la campana, ¿cómo la viste, Raúl?

 

Comentarista:

Un round fácil para «Ricky» quien está haciendo lo suyo, hay que recordar que contra el «Topo» no podrá descuidarse porque este es del tipo de hombres que busca resolver con una mano la pelea. De todas formas creo que esta será la tónica del combate, «Ricky» mordiendo, pegando y saliendo, mientras el «Topo» aguantará a ver si consigue un knock out. Ahora seguimos contigo, Francisco, para el segundo round

 

Segundo round: Ricky: 10; Topo: 9

 

Tercer round: Ricky: 10; Topo: 9

 

Lo dijimos, Francisco, está fácil la pelea para Colmenares, de verdad no parece que hubiera dejado de boxear ni un día: lo vemos rápido, inteligente y con una condición física inmejorable. Creo que «Ricky» y su esquina buscarán la decisión para no correr riesgos. La presentación del «Topo» hoy ha sido desastrosa, ha lucido viejo y torpe

 

Cuarto Round

Fueron los comentarios de Raúl Díaz, el que sabe lo que dice porque él boxeó, él estuvo allí. Ya se viene la campana para el comienzo del cuarto round.

Parece, Raúl, que «Ricky» quiere convencer en su regreso y se lanza al ataque. Abre directamente con el recto de derecha, el «Topo» se tambalea y allá va Colmenares, está buscando acabar esto rápido, lanza los rectos en combinación, derecha a la mandíbula, recto al plexo solar, repite la medicina, el «Topo» está mal, «Ricky» continúa con su castigo, no tiene piedad con el «Topo» quien comienza a retroceder mientras el árbitro lo observa para ver si detiene esto y hace el conteo reglamentario.

Un momento, señores, el «Topo» está vivo y esta pelea se pone buena, el «Topo» ha resucitado y ha pescado a «Ricky» con su poderosa derecha y ahora es Ricky el que se tambalea, baila un poco en el centro del ring y va a la lona, Raúl


Raúl:

Sí, Francisco, sorpresivamente Colmenares salió a buscar el combate en los primeros segundos de este asalto y Gómez consiguió lo que buscaba, un golpe de suerte. Allí está «Ricky» recibiendo el conteo de protección y lentamente se incorpora, el árbitro le observa y sí, parece estar en condiciones de continuar

 

Francisco:

Así parece, Raúl y esto comienza de nuevo. Veo mal a «Ricky», Raúl, lo veo mal.

Allí va el «Topo», sabe que «Ricky» está herido. Sin mucha convicción, Colmenares busca el gancho de izquierda e intenta retroceder pero recibe un fuerte golpe de derecha en la cabeza, trata de meter el retroceso pero se queda y allá va el «Topo» a terminar

 

Raúl:

El árbitro debería detener ya la pelea

 

Francisco:

Pero el «Topo» sigue, fuerte la derecha de Gómez, fuerte la izquierda, Colmenares está ido, no puede más, sin embargo no se cae, es un valiente. El árbitro observa y el «Topo» continúa su castigo, es una máquina, como dijo el anunciador al comienzo. Las rodillas de «Ricky» se van doblando, está ya en el piso y ahora sí, el referee toma la decisión y detiene la pelea. Impresionante el knock out del «Topo» Gómez, Raúl

 

Raúl:

No sabemos por qué la esquina de «Ricky» está tan tranquila, creo que lo mejor será llevar a Colmenares a un hospital lo más rápido posible

 

Francisco:
Recordemos, Raúl, que se trata de un hombre muy joven y con mucho futuro dentro de este deporte, ya tendremos oportunidad de verle de nuevo. Pero ahora, vamos acercándonos para la entrevista con el ganador, David, el «Topo», Gómez y sus impresiones sobre esta pelea

K.O. (Carlitos)

No, señora Carla, ¿cómo cree usted que fue mi culpa que le pasara eso a José? Yo ni siquiera quería que trabajara, no quería que tuviera que hacer nada, menos iba desear que se metiera a esa carnicería. (…) Cuando José boxeaba lo hacía como deporte y, sí, ganaba unos dólares pero esos eran para él, para ropa, zapatos, discos y otras tonterías, pero a José no le faltó nada mientras vivió conmigo (…) Claro, eso fue hasta lo de la pierna, porque me la fracturé, me operaron una vez, me operaron una segunda vez y perdí la oportunidad de volver a mi trabajo después de tantos reposos. Como no podía hacer nada me quedé en la casa y los pocos ahorros nos los fuimos comiendo hasta que quedaron como veinte dólares en la cuenta (…) Fue José quien dijo que pelearía por la plata y buscó amigos que apostaran para que compartieran las ganancias y habló con el tipo del gimnasio para que lo metiera en la pelea más próxima. Yo le dije que no lo hiciera, que no era necesario pero él era terco. Lo único que tuve que ver con esa pelea fue que le regalé el short que llevaba, un Adidas dorado que le encantó apenas verlo (…) No, señora Carla, no diga que fue mi culpa (…) Todavía no le he cambiado la hora al despertador y, al menos tres veces por semana, me pasa lo mismo: me levanto, casi sonámbulo, a preparar las panquecas que tanto le gustaban cuando venía de correr y lo hago todo igual porque siento que está dando vueltas alrededor de la cuadra, corriendo, que está por llegar. Sirvo su plato, coloco la botella de jarabe de maple al lado, exprimo naranjas, llevo el jugo a la mesa y lo dejo todo allí. No despierto de ese sueño hasta el mediodía, cuando las moscas se quedan sobre las panquecas y tengo que botar todo el plato a la basura una vez más (…) Señora Carla, si ya casi ni como. Tengo la pierna buena, un trabajo con más sueldo pero me siento peor que nunca (…) Mi único temor era que Joseíto se fuera de la casa y yo me quedara solo y, fíjese, así pasó, me quedé sin nadie y mi único consuelo es llevarle flores al cementerio (…) No, señora Carla, yo no estaba allí para llevarlo antes al hospital porque me revolvía el estómago pensar que se caía a golpes para sacar un poco de plata con que pagar la renta y la comida de los próximos meses. Usted me había pedido que lo cuidara y siempre lo había hecho, no quería quedarle mal (…) Sí, señora Carla, lo extraño, lo extraño mucho pero no siento ninguna culpa porque yo lo quería y porque nunca le dije que fuera a pelear (sólo le regalé el short Adidas dorado porque quería complacerlo como siempre lo había hecho) (…) Y sí, señora Carla, mientras estuvo aquí siempre se acordaba de usted y su mayor sueño era reunir suficiente dinero para pagarle el viaje hasta aquí para que conociera la ciudad (…) Señora Carla, si no le molesta, me voy a quedar con las cosas de José porque no quiero desordenar su cuarto, me sentiría muy mal si tuviera que hacerlo (…) Cualquier cosa me escribe o me llama, usted sabe que estoy siempre a su orden (…) Saludos a su esposo

Del libro: Juegos de perdón (Comala, 2002)

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