Lluvia, Román Leonardo Picón

26/ 02/ 2013 | Categorías: Cuentos

… De las corbatas me gusta
no tener que sacarme el cuello
de la camisa por encima del paltó.

Luego de veintidós años bajo el faldón de su madre viuda y enferma, arribó a la orfandad sin más atributos que una timidez exagerada, una presencia casi transparente, y un diploma de contabilidad menor, gracias al cual logró colocarse en la penumbra del debe, el haber y el saldo.
Su vida, descontando las recientes categorías de huérfano y burócrata, seguía envuelta por la vocación de don nadie, y de no haber sido porque descubrió la existencia del café de Arturo, nada se sabría de él.

Su mayor aspiración, producto de sus últimas vivencias, era llegar a poseer la elocuencia demostrada domingo a domingo, por los consetudinarios clientes del café. De allí que durante semanas anduviera a la caza de un tema con el cual iniciarse como miembro de la envidiada tertulia y fue así como escogió la lluvia de santificar que desde mes y medio atrás, se hallaba empeñada en fabricar domingos grises.

Ahora le ha dado a los domingos por llover, exclamó para iniciar su ensayo, ocultándose la evidente ilusión de borrar con esa frase su comprobada inelocuencia. En el fondo sabía que jugaba con su vida, pues era la más colosal tentativa emprendida para obligarle algún adiós a su soledad.

Nervioso, apuró la chupada al cigarrillo buscando calmarse; se acomodó en mejor posición frente al espejo y corrigió: Desde hace cinco semanas llueve todos los domingos, dijo carraspeando para evitar que su nueva oración cayera tan rápido al vacío. Pero al cerciorarse de sus intentos aburridos, elaboró uno más completo el cual le serviría además para aclarar, en caso de que su proyectada intervención originara alguna controversia; no es que la lluvia sea mala, no. A mí me gusta que llueva, pero no los domingos; uno, uno no puede salir, ni pasear, ni cosas así. Yo cambiaría seis días de invierno, añadió en tono más resuelto, por un domingo de sol. Conforme, se dirigió a la calle, específicamente al café de Arturo. Dejó atrás a su espejo malhumorando su ensayo absurdo. Sin embargo, la prometida alegría por sus palabras acordes al tiempo, se quedó en la renovada fe de que lloviera el próximo domingo. A treinta pasos de su casa escampó y el sol de las tres empezó a tibiarlo todo.

Del libro: El enterrador de cuentos y otras barbaridades (Revista Zeta, 1978)

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3 Comentarios a “Lluvia, Román Leonardo Picón”

  1. Esmeralda Garbi dice:

    Le escribo porque estoy buscando una copia del cuento (o del libro donde aparece el cuento) «El enterrador de cuentos» y no he tenido ninguna suerte. Mi padre, Julio Garbi (fallecido) escribio el guion de la pelicula «El enterrador de cuentos» y tambien trabajo en la direccion artistica y sonido de dicha pelicula (dirigida por Victor Cuchi). Si existe alguna posibilidad de comprar una copia del libro o alguna forma en la cual yo pudiese leer el cuento de nuevo me interesa mucho. Gracias de antemano. Esmeralda Garbi

    • Yllen dice:

      Mi padre, Antonio José Sánchez (Tony) también trabajo en esa película. Esmeralda, puedes contactarme por las redes sociales

  2. Ylly dice:

    Mi padre también trabajo en esa película. Esmeralda, puede ubicarme por las redes sociales

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